Qiydark Caerdonel - Personaje

Qiydark Caerdonel 

Descripción:

Edad: 26
Raza: Elfo de la noche
Ojos: Dorados
Cabello: Blanco platinado
Piel: Gris oscura
Tamaño: Medio
Altura: 173 cm
Peso: 65 kg

Personalidad


La personalidad de Qiydark tiene dos etapas, marcada por el rechazo por su raza, creció sin saber muy bien cómo relacionarse con los demás, a veces un poco torpe, imprudente y sin filtros; seguro va a decir algo que va a hacer sentir a alguien incómodo, no ha afinado ese filtro de lo correcto y lo incorrecto más allá de los modales básicos.

Ante los extraños, es más bien reservada, trata de cubrirse, evitar hablar de ser posible; tiene miedo a ser rechazada o a ser maltratada, por eso trata de evitar hablar con alguien a menos que sea necesario. Trata de mantenerse alejada de gentes que no le generan confianza, como Los Fríos o cualquiera que pueda encontrar en ella una fuente de dinero, ya que sabe que hay pocos como ella en el mundo.

Con las personas cercadas es una persona que se emociona porque alguien sea amable con ella y trata de merecerse esa confianza. Siempre con una personalidad vibrante, trata de ayudar a todos sus amigos a veces sin importarle su propia integridad, algo que ha ido aprendiendo de sus compañeros de viaje.

Es respetuosa de las instituciones pero a veces se le sale lo bromista o inconforme frente a las injusticias. Fue criada como una ciudadana responsable y trata de respetar a las diferentes culturas o instituciones regadas por Faeria.

Breve Historia


Qiydark no tuvo para nada una infancia normal, su historia, al menos la conocida comienza cuando, en las afueras de Puerto Cádiz un jinete ofreció una bebé de piel gris oscura y orejas puntiagudas a una pareja que no tenía hijos; acompañada de una alta suma de dinero, una pieza de papel con un nombre y un par de cimitarras de decente forja élfica. La pareja, conformada por Isidoro Jacanamejoy, un comandante retirado del ejército de liberación que vivía sus días en su finca sembrando plátano y yuca; y Ana María Chauta una mujer de la tierra, dedicada a los cerdos y las gallinas además de muy religiosa y dedicada a enseñar el respeto por los principios.

La pareja, honrada y amable recibió a la bebé y la crió -dentro de lo posible- como suya. La niña creció con una familia que la amaba, aprendiendo a cuidar a los cerdos, las gallinas y trepar los árboles a bajar los atados de plátano. Isidoro, también le enseñó a defenderse, conociendo los peligros a los que ella se podía enfrentar en un futuro, enseñándole a usar sus espadas y algunas técnicas de caza y supervivencia, además, para ayudar a la familia en las épocas difíciles o por algún dinero extra.

Ayudaba siempre en lo que podía, siendo sus padres más bien mayores y ella, lo suficientemente fuerte y ágil aún para colaborar.

En el pueblo aún era considerada por varios una rareza y una maldición -gracias a la presencia de un barco corsario en la costa cercana del que ella se enteraría mucho tiempo después-. Al crecer, las diferencias se fueron haciendo notar más y más,  hasta que en algún momento, a sus 22 años, en una tarde de mercado un hombre, medio borracho, trató de golpearla porque se había chocado con él y allí descubrió su habilidad, dejándolo ciego.

Y el pueblo encontró la razón final para odiarla.

Sin poder volver a entrar al pueblo las responsabilidades de Qi se vieron constreñidas a la granja, ya no podía visitar el mercado y profundamente herida decidió ir en busca de un lugar al que perteneciera, de donde fuera parte y así, con la bendición de sus padres tomó el camino. Acompañada por su apellido “real”, una bolsa de oro  (lo que había dejado el jinete menos un par de oros por los inviernos duros), las armas que habían dejado con ella. Y con su bolsa al hombro tomó camino para tratar de encontrar una pista sobre sus orígenes y porque la reserva de la gente ante su existencia.

Conoció a Magnus, en el camino, el cual la salvó de unos bandidos y desde ahí han estado viajando juntos un par de años. Ella, lo ha convencido de trabajar como mercenarios y cazarrecompensas, en su búsqueda por justicia y castigo, y poco a poco han llegaron a San Varanio donde conocieron a Samir de la sociedad del libro. Trabajando para él en varias oportunidades y conociendo así al grupo con el que viaja ahora quienes se han convertido en sus amigos y familia. Desde San Varanio ha recorrido muchos caminos que la han llevado a aprender más de ella y del mundo que la rodea...

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